La sensación de haber pasado un rato precioso entre charlas y risas y humo de cigarrillos encuentra su mejor reflejo en las marcas de vino tinto impresas en el mantel.
Que gran verdad... nada más nostálgico que ver un mantel con esas marcas de malbec. Uno se aferra a esos recuerdos, hasta que sacudimos el mismo, arrojando todas sus migas en algún lugar de nuestro jardín. Lástima que con nuestros recuerdos no pase lo mismo. Besos
5 comentarios:
Es cierto.
Sus mejores momentos son parecidos a los míos, por lo menos a algunos...
Saludos desde Mundo Aquilante!
totalmente de acuerdo...
Uno manchado de vino que señal de gozo es.
Ya lo dijo María Elena Walsh en Sábana y mantel... ella de combinación palabras sabe mucho más que yo.
Mi mantel del fin de semana quedó con manchas de vino... y después unos cuantos lagrimones... a veces lo bueno dura poco.
Que gran verdad... nada más nostálgico que ver un mantel con esas marcas de malbec. Uno se aferra a esos recuerdos, hasta que sacudimos el mismo, arrojando todas sus migas en algún lugar de nuestro jardín. Lástima que con nuestros recuerdos no pase lo mismo.
Besos
Hola!
Mundo, ah... será que los rastros de los mejores momentos se parecen para muchos? ojalá!
Marchante, somos dos, entonces...
Sole, y sí, lo bueno tiene la puta manía de terminarse... pero lo malo también! ;)
Elian, mmm, no sé si me tienta la idea de sacudir el mantel y borrar los recuerdos... pueden ser tan lindos y enseñan tanto!
Salú!
Publicar un comentario