
Antes empezó el ritual. Detectar el momento, elegir la botella, buscar el sacacorchos, encontrar las copas, traer el decantador, acomodar la luz para que sea precisa, tamizar la música para que acompañe justo... Pero después los minutos se frenan o se sobredimensionan.
Hay otro sonido. Las primeras gotas de vino fluyendo desde la botella a la copa o el decantador. Parece que no, sentimos que todo sigue normalmente pero la conversación se interrumpe y las acciones se detienen por una fracción de segundo para disfrutar de esos sonidos.
Después llega el aroma, después el sabor, después las sonrisas se tiñen y los recuerdos adquieren otro color. Después las palabras se distienden, los sentidos se profundizan, el ambiente se modifica, las miradas de transforman.
Podemos disfrutar de una copa solitaria de vino pero el ritual, el ritual es siempre mejor de a dos.
Gracias Alma!
5 comentarios:
Bienvenido a la blogósfera! Seguiré atenta tus pasos por aqui!!
Saludos!!!
ay, ay... Malbec!
Ud insiste en llamarme con en mi adolescencia! jajajaja
Gracias por el honor de invitarme a Lágrimas de Malbec!
Salud!
Aquí estaré seguido.
Tres mujeres! Bendito tu eres Malbec, je...
Vicky: Gracias por la bienvenida y por pasar! Fuiste la primera en catar! (No, no hay premio)
Espero que vuelvas pronto. Las puertas y los vinos estan abiertos...
Café: Es que usted es una eterna adolescente (?) El gusto es mío. Gracias por todo!
Wonder: No me va a negar que las historias de su blog y un buen malbec no son un gran maridaje...
Besos!
Por supuesto.
Las historias de mi blog y el malbec son el mejor maridaje.
Besos.
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